Repartiendo: Historias de venganza que se sirven frías
Garras hacia afuera
Esta felina decidió tomar el asunto por sus propias manos. Su compañera de trabajo se estuvo comiendo su almuerzo y al parecer no leyó las indicaciones de que era comida para una sola persona. ¿Realmente pensó que se podría salir con la suya tan fácilmente?

Los felinos afilan sus garras con regularidad. ¡Demonios!, probablemente abrió esa lata con una pata. Al menos le puso queso y escuchamos que sabe a atún. Para la próxima le recomendamos que mejore ese taco con algunos ratones, ¡le dará un delicioso sabor a Ratatouille!
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