La novia grita “¡Detengan la boda!” cuando hablo con la mamá del novio
María y Jaime se vieron atrapados en una inesperada conexión que floreció casi al instante. Tras apenas unas pocas citas, sus corazones se unieron de tal manera que se volvieron inseparables. Cada etapa de una relación que normalmente tomaría tiempo para alcanzar, ellos la vivieron de manera vertiginosa pero muy intensa.
Jaime ya había dado un importante paso en la relación al conocer a los padres de María, y para su alivio, la afinidad entre ellos fue instantánea. Sin embargo, un evento crucial aún estaba pendiente: el momento en que María conocería a la madre de Jaime. La expectativa y emoción por ese encuentro tan esperado llenó sus corazones de incertidumbre y ansias por lo que el futuro les depararía.
ADVIRTIENDO LA REALIDAD
El día de su boda, María se despertó con un remolino de emociones. Aunque se suponía que debía sentirse en la cima de la felicidad, una inquietud persistente la amenazaba. A pesar de la aparente perfección de su relación, la duda la acechaba. Hasta ese momento, no había tenido la oportunidad de conocer a la madre de su prometido.
Después de anhelar el encuentro con la madre de Jaime, María se sorprendió al verla entrar a la capilla el día de la boda. Sin embargo, su sorpresa se mezcló con preocupación cuando notó el atuendo completamente negro y la expresión sombría en su rostro, como si estuviera en un funeral.
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