UNA MAMÁ DESCUBRE EXTRAÑOS AGUJEROS EN LA NARIZ DE SU BEBÉ: LOS MÉDICOS LA ALERTAN ANTES DE REVELAR LA CAUSA
DESESPERADA
Pronto, esos temores se convirtieron en ira. ¿Por qué nadie le estaba hablando? Sin tener otra idea, Susan comenzó a patear la puerta. Estaba desesperada por salir. Los médicos del otro lado le gritaban que se detuviera, pero Susan no podía escucharlos sobre sus propios golpes. Estaba decidida a salir.
En su sano juicio, Susan sabía que interrumpir al médico y su equipo mientras trabajaban diligentemente era inapropiado y podría empeorar la situación. Sin embargo, la sensación de claustrofobia y el deseo de encontrar soluciones para su hijo la llevaron a actuar impulsivamente. La ansiedad y la incertidumbre la empujaron a seguir golpeando la puerta, exigiendo a gritos una explicación y una respuesta sobre el estado de Roy.
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